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Nuestro cerebro constantemente recibe un montón de información a través de nuestros órganos sensoriales: ojos, oídos, nariz, boca, piel. Como la cantidad de información que llega es demasiado grande para ser tratada en su totalidad, la atención funciona como una especie de filtro para seleccionar lo que nos parece importante para ser procesado con prioridad. Gracias a la atención podemos escuchar una conversación en una habitación ruidosa, ver un objeto entre un montón de desorden o detectar un animal que cruza la calle mientras conducimos un coche. A pesar de la avalancha de información que inunda nuestros sentidos, la atención nos permite centrarnos en lo que importa y actuar en consecuencia.
La atención es un proceso conductual y cognitivo, lo que significa que los factores emocionales y la experiencia individual de aprendizaje influyen en lo que percibimos y procesamos. La psicología del consumidor ha realizado numerosas investigaciones sobre qué nos atrae a los productos o sobre su posicionamiento en los estantes. La publicidad se hizo más personalizada al utilizar los perfiles del consumidor con el fin de atraer mejor la atención del consumidor. Todos conocemos el ejemplo de la «fiesta de cóctel»: cuando estamos escuchando una conversación de un pequeño grupo y de repente oímos de un grupo vecino una palabra, nuestro nombre u otra, que nos llama la atención.
Los ojos son nuestro órgano sensorial más importante, permitiéndonos distinguir colores, formas, movimientos, velocidades, distancias, reconocer personas, y orientarnos en espacios. Los estímulos visuales se perciben y se convierten en impulsos eléctricos. La información pasa entonces a nuestro cerebro a través del nervio óptico. La cantidad de información transmitida desde nuestra retina al cerebro se estima que son 108-109 bits por segundo. Supera con creces lo que nuestro cerebro percibe conscientemente. La atención visual selecciona información relevante, por ejemplo, un obstáculo que necesitamos esquivar, y filtra la información irrelevante de aquello que vemos.
Los 3 tipos de atención
La atención visual se conforma de 3 tipos de atención que usamos constantemente:
- Atención selectiva o focalizada es nuestra capacidad para concentrarnos en información relevante. Es la capacidad del cerebro de centrarse en un estímulo objetivo, independientemente de la duración de la fijación.
Los psicólogos llaman a este fenómeno “ceguera por falta de atención”: mientras ponemos el foco en un objetivo elegido, difuminamos el resto de la imagen.
- Atención sostenida es nuestra capacidad de concentrarnos en una tarea por un periodo continuo de tiempo sin distraernos, por ejemplo cuando vemos un video, leemos un libro, dibujamos un cuadro, arreglamos un coche, …
Atención dividida es nuestra capacidad de prestar atención a diferentes estímulos o actividades al mismo tiempo, permitiéndonos hacer ambas cosas simultáneamente y percibir todo el entorno. La atención dividida nos permite también retener temporalmente en la mente y procesar una pequeña cantidad de información para responder a una pregunta o resolver un problema mientras nuestro cerebro está ocupado con otra tarea. Ejemplos típicos son cuando enviamos mensajes de texto mientras hablamos, tener una conversación mientras conducimos, o comer la cena mientras vemos las noticias. Sin embargo, el rendimiento de al menos una tarea suele disminuir.
Como hemos visto anteriormente, es un proceso muy individual a lo que nos acercamos cuando observamos nuestro entorno, y qué estímulos nos llaman la atención, porque es una función cognitiva, y como cualquier otra función cognitiva podemos entrenar nuestra atención visual. Una buena capacidad de atención también es necesaria para otras funciones como la memoria o la planificación.
El procesamiento de la atención visual es la condición previa de cada proceso de aprendizaje, ya que la información es almacenada en nuestra memoria. Pero, sobre todo, nos permite orientarnos espacialmente, reconocer detalles importantes y ser conscientes de los posibles peligros. La atención visual nos permite realizar tareas cotidianas sin hacernos daño. Factores que reducen significativamente nuestra atención visual son el estrés, la fatiga o el alcohol.
Cuando más mayores nos hacemos, más disminuye nuestra visión y atención visual, y nuestro tiempo de reacción se ralentiza. Sin embargo, se ha probado que la culpa de la reducción de la atención visual no es solo de la visión reducida, corregible en gran medida por las gafas, sino de la propia capacidad de atención, ya que se trata de un deterioro del funcionamiento cognitivo relacionado con la edad. Por lo tanto, todo conductor de edad avanzada debería realizar no solo una prueba de vista, sino también una prueba cognitiva de atención visual.
Pero, ¿puede el entrenamiento cerebral ralentizar realmente este inevitable proceso? Los resultados de investigación son controvertidos porque apenas existen estudios a largo plazo para saber más sobre los efectos protectores de los entrenamientos cerebrales. Pero muchos estudios a corto plazo han mostrado que los juegos, tanto online como juegos de mesa tradicionales, mejoran las funciones cognitivas. Los resultados de estos estudios son muy prometedores. Por supuesto, otros factores también son responsables. Por ejemplo, se ha observado que las personas con trabajos intelectualmente exigentes, o que son multilingües, o que siguen aprendiendo cosas nuevas a una edad avanzada, tienen un declive más tardío de sus capacidades cognitivas que otros.
La ciencia distingue entre dos tipos de procesos en la atención visual: procesamiento ascendente y descendente. En pocas palabras, el procesamiento ascendente significa que algo capta nuestra atención, es decir, que se basa en un estímulo, mientras que en el procesamiento descendente buscamos un objetivo conocido, es decir, se basa en el conocimiento. Por ejemplo, si quieres comprar un gel de ducha en una droguería sin buscar una marca concreta, uno u otro te llamará la atención (= procesamiento ascendente). Pero si estás buscando una marca que conoces, entonces es posible que no notes en absoluto el resto de productos, son solo distractores (= procesamiento descendente).
Todos conocemos la situación en la que tenemos una cita con un amigo y tratamos de encontrarlo entre una multitud de personas. Conociendo a la persona, pondremos atención al menos en una característica distintiva de este amigo. Hay otros muchos ejemplos de cómo usamos la búsqueda visual en nuestra vida diaria. Es nuestra capacidad para detectar, discriminar y localizar un objetivo con características conocidas cuya localización es desconocida entre distractores con diferentes características.
Wally y sus amigos
Con el libro de puzzles para niños “¿Dónde está Wally?”, el ilustrador inglés Martin Handford creó en 1987 un personaje que se ha hecho famoso mundialmente: Wally, llamado Waldo en Norteamérica, conocido como Charlie en Francia o como Valli en Islandia. La actividad es un típico juego de búsqueda visual. Dentro de una multitud de distractores similares, se insta al lector a encontrar a Wally y sus amigos, que están viajando a diferentes lugares del mundo como la playa, el zoológico, pistas de esquí, … Wally es conocido por su distintiva vestimenta, una camiseta de rayas rojas y blancas, vaqueros azules, botas marrones, calcetines de rayas rojas y blancas, gafas, y su gorro con pompón rojo y blanco.
Desde la edición del primer libro, el juego se hizo tan popular que hoy día cuenta con un par de docenas de libros, videojuegos, dibujos animados e incluso una película. Los personajes también han evolucionado: además de Wally, los lectores pueden buscar a Woof, Wilma, Wenda… y seguir sus aventuras en una página fan en Facebook.
Contribución de Wally a la ciencia
Un estudio publicado en 2005 se preguntaba si nuestro cerebro escanea espacialmente la página llena de gente cuando busca a Wally, o si se mueve como un foco mental sobre la página que, de otro modo, sería oscura. Los hallazgos sugieren que nuestro cerebro realiza una combinación de ambos. En cierto modo, estamos explorando un campo de visión más amplio para ver si hay elementos que merecen nuestra atención.
Wally también ayudó a los investigadores a entender mejor el movimiento ocular de fijación implicado en la búsqueda visual. En un estudio de 2008, los movimientos de los ojos de los participantes fueron grabados simultáneamente. Los resultados mostraron que la tasa de microsacientos, pequeños movimientos oculares involuntarios de fijación, aumentó cuando los participantes encontraron a Wally. Sin al menos un microsaciento por segundo, el cerebro no logra la percepción visual, porque solo los microsacientos aseguran un desplazamiento de la luz en la retina. Este desplazamiento es importante para los receptores de la retina para transmitir la información visual al cerebro. Las investigaciones han demostrado que la producción de microsacientos es mayor en el juego de “¿Dónde está Wally?”, debido a la alta demanda cognitiva y de atención de la tarea.
Cuando se trata de medir el tiempo de reacción para encontrar a Wally, los estudios de investigación confirmaron que las mediciones del movimiento oculas son más exactas, porque el objeto ya puede ser detectado antes de que reaccionemos para expresarlo, especialmente en personas con una atención motora más lenta.
Existen consejos y trucos sobre cómo maximizar la búsqueda de Wally, por ejemplo empezar a buscar siempre por la parte inferior de la página izquierda, etc., pero el placer de encontrar a Wally no se trata solo de una cuestión de velocidad. Por supuesto, el punto del juego es encontrar a Wally lo antes posible, pero las coloridas ilustraciones y los innumerables distractores que a primera vista se parecen a Wally, hacen que el juego sea emocionante y divertido.
Fue diagnosticado con autismo a los tres años, y pertenece al pequeño grupo de los llamados «sabios autistas» debido a sus notables habilidades. Stephen posee una memoria eidética. Las personas que tienen una memoria fotográfica de este tipo pueden recordar contenidos, impresiones o información como si fuera una foto. Estos contenidos de la memoria se almacenan durante un largo periodo de tiempo y pueden reproducirse con detalle.
Aunque las habilidades de estos pocos sabios autistas son extremadamente exepcionales, se ha confirmado en varios estudios de investigación que las personas con trastornos del espectro autista (TEA) generalmente muestran un mejor rendimiento en las tareas de atención visual. Cualquier que alguna vez haya jugado a «Memory» o hecho un puzle con una persona autista, probablemente podrá confirmar este rendimiento mejorado. También destacan sus cortos tiempos de reacción para encontrar a Wally, por lo que el juego ha participado en muchos estudios de búsqueda visual con autistas. Por ejemplo, durante un estudio, los niños con autismo fueron muy buenos encontrando pequeños objetos en un campo de visión desordenado, en tareas como encontrar a Wally en la serie de libros ilustrados “¿Dónde está Wally?”. Sin embargo, cuando se les pide realizar una tarea compleja, como diferenciar las caras de personas de aspecto similar, tienen grandes dificultades.
¿Cómo explica la ciencia este fenómeno?
Las personas con autismo muestran una particular reactividad a diferentes estímulos sensoriales. Reaccionan con hipersensibilidad o hiperreactividad, o ambas. En cuanto a la visión, la hipersensibilidad significa que tienen dificultades para reconocer las caras y evitan el contacto visual, mientras que la hiperreactividad implica una mayor percepción de los detalles. Esta reactividad a los estímulos sensoriales en personas con autismo se ha enlazado a una alteración del procesamiento de la información sensorial. Los autistas parecen no ser capaces de filtrar adecuadamente la multitud de información sensorial que estimula constantemente nuestro sistema neuronal. Ven lo que no se ve y oyen ruidos de fondo tan fuertes como otros sonidos.
La razón es que la comunicación entre las regiones del cerebro, particularmente entre las áreas sensoriales y las áreas en las que se crean las referencias internas, es diferente en las personas con autismo. Una de las hipótesis para su superioridad en búsqueda visual asume que la información sensorial se codifica de forma muy precisa. Esta visión centrada y orientada al detalle les permite discriminar los distractores casi inmediatamente cuando buscan un objeto.
La doctora autista canadiense Nathalie Engelbrecht lo resume: “Cuando le enseñas un bosque a un neurotípico y a un autista, ellos ven los árboles… Pero nosotros (los autistas) también vemos los insectos, las flores, el musgo, etc., así como sus componentes y complejidades.”
Cada vez que practicamos la atención visual y procesamos información visual, nuestro cerebro construye conexiones neuronales. Sin embargo, la verdad es que apenas somos conscientes de cómo utilizamos los tres tipos de atención (selectiva/focalizada, sostenida y dividida) en nuestra vida cotidiana. Si los aplicamos de forma concertada, podremos utilizarlos en nuestro beneficio en el futuro. Para ello tenemos que aprender a encender y apagar los distractores internos y externos. Los distractores internos son nuestros pensamientos que hacen que nuestra mente divague. De acuerdo con los investigadores de la Universidad de Harvard, estamos perdidos en nuestros pensamientos el 47% del tiempo que estamos despiertos. Los distractores externos son cualquier tipo de distractor visual, ruidos, interrupciones… que perturban nuestra atención.
Mindfulness / consciencia plena
“Mindfulness” significa estar en el momento presente, focalizar nuestra atención exclusivamente en lo que estamos haciendo en este momento. Ser plenamente consciente del aquí y el ahora sin recordar el pasado ni reflexionar sobre el futuro.
Podemos practicar el mindfulness en nuestra vida diaria concentrándonos conscientemente en una comida, por ejemplo. Estando atentos a lo que nuestros sentidos captan en ese momento: el olor, el aspecto, el sabor, la textura, el color de la comida. También podemos practicar el mindfulness en muchas otras situaciones diarias como pasear, montar en bici, cocinar, conversar….
Meditación focalizada
A través de la meditación dirigimos nuestra concentración a un punto específico, puede ser un sonido o un elemento visual. El objetivo es liberar nuestros pensamientos y mantener o reenfocar nuestra atención en ese punto para evitar que la mente divague. Cuando nuestra mente empieza a divagar, cerramos los ojos y nos concentramos en nuestra respiración antes de abrirlos de nuevo y concentrarnos en el mismo u otro objetivo. El objetivo del ejercicio es aprender a dirigir nuestra atención de forma más consciente y desconectar los distractores internos y externos.
Actividad física
Las actividades físicas pueden mejorar nuestro tiempo de reacción y también nos ayudan a reducir el estrés. Con ejercicios de yoga, nos concentramos en nuestra respiración y relajamos nuestro cuerpo y mente. Cuando practicamos yoga de forma regular, ayuda a calmar nuestros sentidos y a lograr una mejor concentración.
Todas estas técnicas no requieren mucho tiempo. Está demostrado que solo unos minutos al día son suficientes para reducir las distracciones e incrementar la concentración.
Descripción
En este módulo aprenderás sobre la atención visual y las habilidades de búsqueda visual, más precisamente sobre el juego de búsqueda visual “¿Dónde está Wally?”. La atención visual es una habilidad cognitiva que disminuye con la edad pero puede entrenarse y mejorarse al igual que todas las demás habilidades cognitivas.
Resultados de aprendizaje / objetivos
Al final de este módulo, serás capaz de:
- Entender los diferentes tipos de atención visual
- Saber cómo la ciencia explica la excelente capacidad de búsqueda visual
- Saber sobre cómo estar atento y mejorar tu atención visual
- Aprender sobre los beneficios de los juegos de Dónde está Wally para la atención visual
Resumen
Las habilidades de atención visual pueden entrenarse como cualquier otra habilidad cognitiva. El primer paso es tomar conciencia de cómo utilizamos los diferentes tipos de atención visual, para luego poder utilizarlos y entrenarlos de forma dirigida.
Autor
PISTES SOLIDAIRES
Idioma
ESPAÑOL
Entradas de glosario
Atención visual: La capacidad de poner foco en la información visual importante y filtrar la información de fondo sin importancia. Es también la capacidad de concentrarse en la información visual durante periodos de tiempo y cambiar de enfoque cuando sea necesario.
Discriminación visual: La capacidad de determinar diferencias o similitudes entre objetos en base al tamaño, color, forma, etc.
Procesamiento visual: La capacidad de tomar y comprender la información que ver. También incluye la velocidad a la que eres capaz de tomarla y comprenderla.
Marie Rousserie. Attention visuelle. Médecine humaine et pathologie. 2015. ffdumas-01243535f
Robert M Joseph 1, Brandon Keehn, Christine Connolly, Jeremy M Wolfe, Todd S Horowitz “Why is visual search superior in autism spectrum disorder?” Dev Sci 2009 Nov;12(6):1083-96. doi: 10.1111/j.1467-7687.2009.00855.x.
Amélie Marchand « Développement et sur-fonctionnement perceptif d’un adulte porteur d’autisme de haut niveau » Québec, Canada 2015
https://www.verywellmind.com/what-is-selective-attention-2795022
https://www.verywellmind.com/what-is-inattentional-blindness-2795020
https://braincheck.com/articles/visual-attention-what-it-and-why-its-important/
https://waldo.fandom.com/wiki/Waldo
https://news.mit.edu/2005/waldo
https://www.smithsonianmag.com/smart-news/science-search-waldo-180964909/
https://www.stephenwiltshire.co.uk/
https://www.cortex-mag.net/comment-les-personnes-autistes-percoivent-le-monde/
https://embrace-autism.com/heightened-sensory-perceptions/
https://sps.columbia.edu/news/how-meditation-can-help-you-focus
https://www.verywellmind.com/practice-focused-meditation-3144785
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